Todo empezó por un pequeño libro publicado en 1925, y descubierto por Irène Frain en una biblioteca de Pondichéry. Relata un suceso : en el Tibet oriental, un explorador habría sido víctima de una reina misteriosa, soberana y cruel, secundada por un consejo de mujeres. El último reino matriarcal.
Picada por la curiosidad, Irène Frain se puso a indagar y descubrió la identidad del personaje verdadero que inspiró esta historia: el periodista y botánico americano Joseph Rock.
Y fue en su búsqueda.
¿Quién era Joseph Rock? Desde su ciudad natal, la Viena de 1900, ¿qué secreto llevó a este botánico y lingüista genial a aventurarse en las peligrosos sendas del Techo del Mundo?
François y Irène Frain quedaron fascinados por el enigma de esta estrella del National Geographic, sabio aventurero y rival de Alexandra David-Neel, que lanzó una insensata expedición a la conquista de una quimérica montaña más alta que el Everest, y de un no menos improbable Reino de las Mujeres, antes de retirarse a lo más recóndito del Yunnan para descifrar la escritura secreta de las últimas sociedades matriarcales del planeta, lo que preservó su cultura de los estragos de la Revolución cultural.
Cuadernos y cámara en ristre, la pareja viajó durante varios meses en busca de las huellas de Rock, desde las populosas ciudades que cubren las llanuras contaminadas del Sur de China hasta las lamaserías del Tíbet oriental, perdidas a unos cinco mil metros de altura, y hasta los valles del reino de la cruel y todopoderosa Reina de los Goloks a la que Rock buscó durante tanto tiempo