Al final de su vida, un hombre vuelve a Europa tras haber vivido en Buenos Aires. Allá, hace años, escribió una carta al hijo al que nunca vio… Un hombre vive solo al borde del mar; un ratón melancólico le hace compañía… Dos amigos miran el agua correr bajo un puente; y sin embargo nada volverá a ser como antes... Un barco atraca en Puerto Príncipe; pero nadie podrá desembarcar… En un frío glacial, hambrientos y exhaustos, dos hombres se cruzan… Dos hermanos unidos de por vida emprenden un peligroso periplo por el agua…

Como suele hacerlo a menudo, Hubert Mingarelli nos cuenta andanzas. El mundo que nos rodea es amenazador, aunque la naturaleza sigue conteniendo la belleza de las cosas. En la carretera, unos personajes viven su viaje. Nunca son muchos. Uno, dos o tres. Son historias posibles, a la altura de hombre. Las vidas más humildes tienen su misterio y su tragedia. Hubert Mingarelli se las desvela al lector con pudor y poesía.