La musique comme paradis
Jacques Drillon
A diferencia de la pintura, la música deja a los pensadores totalmente mudos, salvo en algunas brillantes excepciones. Esta esterilidad intelectual se debe a su síntoma más visible: a nadie, sin excepción esa vez, se le ocurre establecer una diferencia entre la música que se escucha y la que se toca. Sin embargo, es llamativo constatar que, de entre todas las artes, es la única que comprende estas dos prácticas tan distintas.
El que acaba de tocar está cansado; el que acaba de escuchar está exaltado. ¿No es acaso esta divergencia digna de interés?
En este ensayo de Jacques Drillon es cuestión de música, de músicos, y de la felicidad tan particular que sienten cuando tocan.
¿Qué es la música? ¿Y quién es el músico? Este libro trata de la especificidad de la música entre todas las artes, del músico, del intérprete, y de la felicidad tan especial que siente cuando toca.