La Peine du Menuisier
Marie Le Gall
Siempre hay algo ausente que me atormenta.
Así citadas, estas palabras de Camille Claudel dan a la vez el tono y el tema de esta novela de una inmensa sensibilidad, secundada por una escritura original, vibrante y púdica. El Finistère, el punto extremo de la Bretaña francesa, le sirve de envoltorio. Allí, los vientos barren la tierra y desatan el mar, pero en el corazón de las frías casas de piedra, prima la contención. El padre de Marie, obrero del astillero de Brest y carpintero en sus horas muertas, vive amurallado en un silencio insondable. Su madre, Louise, y su abuela, la dulce Mélie, parecen estar siempre de luto. Su hermana mayor, Jeanne, es una inocente propensa a los ataques de rabia. Marie, nacida a mediados de los años cincuenta, crece en este ambiente extraño, e intenta construir su personalidad en medio de los silencios y los retratos de los ausentes. Privada de explicaciones, escucha los susurros, reúne trozos de conversaciones, barrunta, imagina. Tras varios años de paciente investigación conseguirá desentrañar el secreto de su ascendencia y calibrar el peso del invisible lastre que ha heredado.
Una primera novela que revela una voz palpitante y singular.
Un relato embrigador, construido en forma de puzzle.
Una atmósfera extraña y una historia familiar cargada de silencios, como en Un secret de Philippe Grimbert.