Le Bio
Au risque de se perdreFrédéric Denhez
Todos deseamos comer productos sanos, variados, sabrosos, sin rastro de productos químicos. Pero también queremos pasar menos tiempo cocinando, preservar el bienestar de los animales, mantener los ingresos de los agricultores, proteger los paisajes, etc. Y sobre todo que la compra sea cada vez menos cara y hacerla, si es posible, ¡en un hipermercado!
Dentro de esos propósitos a menudo contradictorios, lo bio se impuso y no ha dejado de crecer (mas de veinte por ciento al año desde hace cinco años), a pesar de unos precios superiores a la media en más de un tercio. Pero ¿qué es lo bio? ¿Da igual que esté producido en Francia, en Ucrania, o en la India? ¿Es realmente mejor para la salud y el medio ambiente? ¿Se le puede seguir llamando bio cuando pasa a ser industrial para satisfacer la creciente demanda?
¿Lo bio ha de consistir únicamente en una simple etiqueta certificando la supresión de los insumos químicos? La marca, la procedencia geográfica, el sabor, la inscripción en un terruño, el tipo de cultivo, etc. ¿no deberían a partir de ahora formar parte del pliego de condiciones de la denominación Bio?
Ahí reside toda la ambigüedad: si queremos ser «bio», ¿podemos comprar cualquier producto bio o tenemos que adquirir solo aquellos productos que benefician realmente a los campesinos, al suelo, a la biodiversidad? Por último, ¿un producto bio no debería ser sobre todo un producto equitativo tanto para los productores como para las generaciones futuras?
El asunto no es baladí, porque el éxito actual de lo bio pervive en detrimento de su imagen, que cada vez se vuelve más confusa para los consumidores.
Este contundente ensayo nos obliga a preguntarnos sobre la procedencia de lo bio. Mientras su éxito crece, abarca realidades cada vez más diversas, suscitando preguntas y dudas por parte de los consumidores.