Un niño soñador viaja en coche con el desconocido al que lo han entregado los adultos de su internado, e ignora a dónde le lleva.

En la dulce somnolencia que lo envuelve, van surgiendo paulatinamente las impresiones del viaje y las imágenes de su vida: el internado, llevadero por la presencia protectora de Sophie, pianista y jardinera; el océano y la playa, frente al apartamento donde vive con su madre y en el que algunas veces pasa noches enteras en vela esperando que ella vuelva. Esa madre inasequible, que desaparece para reaparecer cada vez más misteriosa e imprevisible. El amor apasionado que siente por su hijo está marcado por sus ardientes ausencias, durante las cuales el niño la espera, la reinventa.

Este niño demasiado bueno, pequeño velador de su madre, sueña con un mundo en el que nada ni nadie pueda separarles. Pero la sociedad prefiere el desgarro al desorden.

Un texto poético y necesario, que bebe de las fuentes de la infancia.

Vista a través de los ojos del niño, que compensa la ausencia de su madre con su ayuda de desbordante imaginación, esta es la historia del amor apasionado de una madre marginal y de su hijo, que la sociedad quiere poner en orden. La desgarradora historia de un amor filial extraordinario.