Le Plancher de Jeannot
Ingrid Thobois
Jeannot, treinta y tres años. Eso es todo lo que la gente recuerda.Te fuiste muy rápido, como la leña seca: el fuego prendió en seguida y desapareciste con todos tus secretos. Yo, lo que no entiendo, es que pudieras vivir tanto tiempo. Con toda esa gente ahí dentro, bajo la piel. Con tanta arena en tu cabeza hendida. Treinta y tres años buscando las piezas del puzzle, los pedazos de cielo con ángulo recto, los bordes rectos de las nubes. Treinta y tres años royéndote el puño – la corona de dientes marcada en el dorso de tu mano.
Alexandre y Joséphine, llamada «la Glousse», tienen tres hijos: Paule, Simone y Jeannot. Con veinte años, Jeannot se alista en el ejército y marcha a Argelia, dejando atrás a sus padres y a su hermana Paule. Simone ya se marchó de la finca agrícola familiar huyendo del padre incestuoso. Pero el joven Jeannot vuelve muy rápido de la guerra: su padre se ha suicidado, y tiene que asumir el papel de cabeza de familia. La explotación, que siempre había sido próspera, se hunde, y Jeannot sucumbe a un delirio paranoico, encerrándose con su madre y su hermana en la finca que custodia armado de su fusil. Rápidamente, Jeannot, Paule y la Glousse terminan viviendo totalmente aislados del mundo, atrincherados en la casa. El veterinario es la única persona que admiten en la finca. Él será quien descubra el cadáver de Joséphine, la madre, cerca de la chimenea. Jeannot lo enterrará en la casa, instalará su cama sobre la sepultura materna y se dedicará de lleno a realizar antiguos rituales de devoción, grabando incansablemente, hasta el último suspiro, los tableros del suelo de madera a ambos lados de su cama. La voz de Paule, brutal y poética, se eleva para que escuchemos la historia de esta tragedia familiar que también es una historia real. Un lenguaje áspero forjado por la locura, una música cautivadora que sabe abrazar el sentimiento de enclaustramiento patológico de los personajes, hasta atrapar al lector que quedará marcado durante mucho tiempo.
Ficción libremente inspirada en la historia de los tableros de Jeannot, que circularon por diversas exposiciones (especialmente en el museo del Arte Bruto de Lausana y en la Halle Saint Pierre en París). Desde 2007, los tableros de Jeannot están expuestos en el distrito XIV de París, calle Cabanis, a la entrada del hospital psiquiátrico Sainte-Anne.