Primavera de 1942.
Esta es la historia de Ludovic. No solo es un bastardo, sino que encierra además un terrible secreto: su mejor amigo, Gaétan, se tiró desde lo alto de un acantilado. Enfin, eso cree, aunque realmente ni lo vio ni le oyó gritar.
Ante la duda, decide no decir nada a nadie, ni a la gente del pueblo que salió en busca de Gaétan, ni a la madre o a la hermana de su amigo…

La madre de Ludovic, que limpia en la gendarmería y aspira a hacer lo mismo en casa de esos señores los Alemanes, le reprocha a su hijo su bastardía y sus malos modos. A Ludovic, que sueña con ser adoptado por la familia de Gaétan, eso le importa un rábano.

De pronto, la vida de Ludovic da un vuelco: la muerte de Gaétan va a transformarle radicalmente, hacer surgir recuerdos y pesadillas que le sumergirán en un pasado insospechado y le hundirán en un dolor infinito. Ni Eugène, aficionado al aguardiente de pera y rey del volante con trece años; ni el doctor Lavergne que le contrata como aprendiz; y menos aún Marie, con quien ha hecho el amor y que le ha roto el alma, podrán tranquilizarlo…

La amistad de dos adolescentes durante la Ocupación. Y, como telón de fondo, la historia de sus padres desaparecidos, cuya ausencia los marcó para siempre.