Daniel de Roulet emprendió un viaje a pie desde Saint-Malo hasta Soissons (600 km) tras las huellas de los monjes llegados de Irlanda a finales del siglo VI. Entre ellos se encontraba Gall, que fundó la ciudad suiza de Saint-Gall en 612. En honor a su memoria y por amor a la aventura, el autor y unos amigos decidieron recorrer por turnos este camino. Los primeros salieron de Irlanda. Otros tomaron el relevo desde Soissons hasta Luxeuil-los-Bains, y los últimos llegaron a Saint Gall.
Daniel de Roulet sale de nuevo fuera de los caminos trillados para recorrer este trayecto en línea recta, siguiendo las huellas de los monjes que por allí pasaron 1400 años antes, con todo lo que ello conlleva : bordear autopistas, atravesar zonas urbanas o rurales muertas, acabar harto de caminar por todo tipo de asfaltos, dejarse sorprender por la vida, sentirse aburrido, decepcionado o soñador. Pero también sentirse libre y conectar con el pasado en un viaje a pie muy alejado de los caminos balizados y del espíritu mochilero.

De Saint-Malo a Soissons, Daniel de Roulet emprendió unos 600 km del camino que hicieron los monjes irlandeses del siglo VI para llegar a Suiza, donde uno de ellos, llamado Gall, fundó Saint-Gall en 612. Al decidir seguir el trazado original, el autor se vio obligado a caminar tanto por el asfalto de carreteras comarcales como por el de autopistas. Esta marcha solitaria le llevó también a meditar sobre el cambio de sentido de la palabra routard (trotamundos), marca registrada de las guías así llamadas.