Cuando Joumana Maarouf se instala delante de su ordenador, en un barrio periférico de la capital siria, para darle noticias a una de sus amigas, que tuvo que abandonar el país unos meses antes, y contarle su vida cotidiana, la de su familia, sus compañeros y compatriotas, la Revolución siria casi ha cumplido un año. Un año en el cual los sirios pudieron constatar en carne propia, aunque ya se lo esperaban, la brutalidad del régimen que les dirige desde hace cuarenta años.
En ese mes de marzo de 2012, fecha en la que Joumana Maarouf empieza en redactar estas cartas, la Revolución siria cambió de color.
A partir de ese mes de marzo de 2012, la Revolución pasó a ser sinónimo de asedio militar y de aplastamiento violento de las protestas civiles, que también padecen la militarización creciente de los sirios, cansados de ver morir a sus conciudadanos, sus vecinos y sus familias por haber reclamado libertad y dignidad.
Las cartas de Joumana Maarouf dan testimonio de la vida cotidiana de un país en guerra y de sus repercusiones sobre el estado de ánimo de la población.
Desde hace 3 años, Siria se hunde cada día un poco más en la violencia. Los robos, violaciones, asesinatos, detenciones, denuncias, bombardeos, desplazamientos de población… forman parte de la vida cotidiana en Siria. Y es la vida de esas personas, la historia de esos individuos, lo que Joumana Maarouf nos cuenta, con mucho realismo y contención.