Blaise Cendrars lo llamaba el documento más extraordinario, más pintoresco y más ameno que se pueda leer sobre los comienzos de la aviación. En su prólogo inédito, Philippe Forest añade: una novela verdadera, una verdadera novela. He aquí la primera edición integral de las Memorias de Roland Garros. O como un chaval de veinte años se apasiona por esa poca madera con tela movida por el pensamiento humano y se convierte cuatro años más tarde en el primer hombre en cruzar volando el Meditérraneo.

Su historia, escrita durante su cautiverio en Alemania, demuestra que se puede ser héroe y poeta a la vez. Roland Garros describe con su encantador lirismo las carreras y los récords, pero también sabe narrar con guasa las giras por las Américas, las juergas entre esos jóvenes burla-muertes. Estas memorias donde se unen técnica y fantasía, aventureros y financieros, dandis y boxeadores, tienen mucho de Julio Verne.

Las memorias del maravilloso loco volador Roland Garros transcurren entre 1909 y 1914. Les sigue una transcripción del diario de guerra del aviador desde agosto de 1914 hasta su captura en abril de 1915. Prologadas por el escritor Philippe Forest, vienen ilustradas por una decena de fotografias y un dossier realizado por el sobrino de Roland Garros, Jean-Pierre Lefèvre Garros.