¿ Qué vemos ? Una joven prófuga que un automobilista llamado Alvar casi atropella. Él sigue las huellas de los asesinos de su hermana. Hombres la cortaron en trozos delante de una cámara cinematográfica. Es el trabajo de Mareil, un traficante que posee varios sex-shops en los cuales despacha los snuff movies que realiza en cadena. Los snuff movies, son esas películas donde se ven actrices torturadas, violadas, luego matadas. El hombre, que empezó con nada, posee ahora un imperio de porno que utiliza como cobertura para comerciar, entre otras personas, con un tal Sissoko. Éste es un intrigante, gurú de una secta africana que, durante las reuniones, incita a que sus adeptos consuman carne humana. Por lo tanto, sus intereses se completan : Mareil se deshace de los cadáveres que sus actividades producen y Sissoko se abastece de material humano para alimentar sus orgías caníbales. Mientras que Alvar investiga, otros personajes giran alrededor del poder mortífero de la imagen. Es el caso del famoso pintor Morgen, cuyos cuadros sangrientos suscitan el elogio de la crítica y participan de la fascinación contemporánea por el desmantelamiento.

Trozos descompone el hechizo multimediático que asalta a cada quisque y, a través del ojo del lector, cuestiona el voyeurismo, la mercancía humana, el deseo de cortar el cuerpo de las mujeres en tajadas e ilustra el espectáculo de una civilización obsesionada con su propia muerte. Al estilo de un objetivo demasiado ajustado, Roger Puyravau utiliza la lengua con ironía y lucidez para penetrar la ilusión de las existencias teledirigidas.