Descubierto hace muy poco tiempo, este manuscrito breve, inédito, directamente escrito en francés, se parece a un diario íntimo, pero presenta también aspectos de ensayo literario o político.
Espíritu universal, el autor mezcla reflexiones morales, incluso éticas, consideraciones geopolíticas, opiniones estéticas marcadas por la pena de haber perdido al ser querido, a la sombra, a Louise.
Estos apuntes sacados entre agosto de 1940 y julio de 1942 en el centro de la Europa ocupada constituyen también un documento precioso sobre la época, las revueltas, las perpectivas de un hombre honesto enfrentado a un horizonte cerrado, a un orden mundial turbado, a un desaliento existencial frente a un porvenir incierto.
Este texto intimista desvela un indiviudo complejo enfrentado con la pena, pero capaz de encontrar una forma de consuelo en una apacible fuente de Berna tan alejada del burbujeo estimulante de los ríos de esas queridas Cárpatas compartidas con Louise.
No pasa por alto a nadie : los políticos polacos de los años treinta o del gobierno exiliado en Londres, los anglo-americanos, los intelectuales y la prensa francesa. Sus reproches, aunque matizados, son directos, y llevan algo de provocación.
Sus arrebatos son en definitiva los de un hombre sensible a la inestabilidad de los dogmas políticos y económicos, consciente de las amenazas sobre la cultura europea.