Una niña crece en su habitación. Es un cuarto de tapices rojos, en el fondo de un piso que imaginamos inmenso y desierto. Alrededor suyo, el mundo es confuso. Poco a poco entiende que la dama presumida que la ignora cuando se cruza con ella por los pasillos es su madre. Espera cada sábado con impaciencia, pues los sábados, su padre viene a buscarla. Son horas maravillosas durante las cuales le habla de sus hermanos y de sus hermanas, que no conoce, de los héroes innumerables que pueblan su familia. Antaño, hasta formó parte de la Resistencia. Y siempre le han gustado César y Napoleón. Pero sobre todo, lo que lo fascina y lo que cuenta detallamente a su hija, es el relato extraordinario de la guerra que opuso en otro tiempo Romanos y Cartaginenses.
Cada sábado, en el jardín des Tuileries, cerca del estanque donde están los patos, es una verdadera carnicería. Llena de compasión, cada vez, la niña trata de defender la causa de los pobres Cartaginenses. Pero, cada vez, su padre es tajante, Cartagena está destruida y se esparce sal en sus cenizas…

Muchos años después, la narradora se acuerda. Libro divertido sobre los años tristes, la cuarta novela de Catherine de Saint-Phalle conmoverá al lector que se deje llevar por los sortilegios del Porvenir.