Isaac Toledano es piloto de línea en El Al. También es pasador de diamantes por cuenta de Israël Abramovitz, uno de los padrinos del barrio parisino del Sentier. Le gusta el surf y las pelirrojas llenas de pecas. Durante su primera entrega, cae en una emboscada. Con ayuda de Victor Zuckerman, el brazo derecho de Abramovitz, acaba con los pistoleros enviados por Vladi, entre otros con  Rabino, ojito derecho de Vladi. Yi es un viejo Chino, experto en tao y en fantasías sexuales. Es uno de los padrinos del barrio de Belleville. Socio de Louis Émile Wu, un padrino de Chinatown que adora los acuarios, Yi se juró suplantar a Abramovitz y eliminarlo, no sólo del mercado, sino, más radicalmente, del mundo. Antiguo socio de Sacha, padrino judío de los padrinos judíos, residente en Moscú, Yi le informa de que el tráfico de Abramovitz se está haciendo a expensas de su propia producción de diamantes.  ¿ Conseguirá Abramovitz salir de este avispero chino-judío?
¿ Podrá Toledano salvar el pellejo tras haber matado al Rabino y seducido a Irina, la joven y dulce compañera de Vladi ? No será fácil. Sobre todo porque David, el nieto de Abramovitz, vive una pasión clandestina con Annabelle, la sobrina segunda de Louis-Émile Wu… Lo que contraría los planes de Max Bargetta, amigo y socio de Israël Abramovitz, que había previsto casar a su hija Simone con el guapo David. Por un puñado de diamantes recurre a todos los géneros para la gran felicidad de los lectores. Es una novela amena y divertida, plagada de sorpresas, protagonizada por personajes chiflados y a menudo hilarantes. En los Estados Unidos, este texto sería considerado un pulp. De hecho, esta historia tiene tintes tarantinescos, pero de un Tarantino pasado por los Hermanos Marx y Frédéric Dard.