Prolétaires de tous pays, excusez-moi !
Amandine Regamey
Con Lenin, se vivía como en un túnel : oscuridad alrededor, luz a lo lejos ; con Stalin como en un tranvía : uno solo conduciendo y los demás temblando ; con Krutchev, como en un circo : uno hablando y los demás riendo ; con Breznev, como en el cine : todos esperando el final de la sesión …
Los chistes, las anécdotas, el sarcasmo han sido siempre unos de los principales recursos de los pueblos confrontados al drama, la adversidad y, sobre todo, a la opresión. Allí donde no hay esperanza, la risa nos permite aguantar, incluso vengarnos de la adversidad. Desde la victoria de Lenin en la Revolución de octubre, hasta el derrumbamiento del régimen que Gorbachov intentó reformar, en 1991, el comunismo ha sido objeto, en la Unión soviética y en los países satélites, de una abundancia de anécdotas humorísticas, muchas de ellas devastadoras. Abarcan los distintos aspectos de la vida en URSS, desde la represión política hasta el quebradero de cabeza de la vida cotidiana, pasando por la sexualidad o la ideología cuyos fallos han sido analizados con lupa. Así a lo tonto, dicen mucho sobre el estado de ánimo de una sociedad que aprendió a practicar el doble lenguaje, como un gran arte, a veces de modo esquizofrénico.
Está claro que no fue la ridiculización lo que venció al comunismo, pero a lo largo de estas páginas, y de las carcajadas, descubriremos que contribuyó en gran medida a su derrota.
Un punto de vista inédito sobre la sociedad soviética y un análisis del régimen a través del sarcasmo.
Los chistes, las anécdotas, el sarcasmo han sido siempre unos de los principales recursos de los pueblos confrontados al drama, la adversidad y, sobre todo, a la opresión. Allí donde no hay esperanza, la risa nos permite aguantar, incluso vengarnos de la adversidad. Desde la victoria de Lenin en la Revolución de octubre, hasta el derrumbamiento del régimen que Gorbachov intentó reformar, en 1991, el comunismo ha sido objeto, en la Unión soviética y en los países satélites, de una abundancia de anécdotas humorísticas, muchas de ellas devastadoras. Abarcan los distintos aspectos de la vida en URSS, desde la represión política hasta el quebradero de cabeza de la vida cotidiana, pasando por la sexualidad o la ideología cuyos fallos han sido analizados con lupa. Así a lo tonto, dicen mucho sobre el estado de ánimo de una sociedad que aprendió a practicar el doble lenguaje, como un gran arte, a veces de modo esquizofrénico.
Está claro que no fue la ridiculización lo que venció al comunismo, pero a lo largo de estas páginas, y de las carcajadas, descubriremos que contribuyó en gran medida a su derrota.
Un punto de vista inédito sobre la sociedad soviética y un análisis del régimen a través del sarcasmo.