Rêve général
Nathalie Peyrebonne
El presidente felicita el año el 4 de enero con cuatro días de retraso. Al día siguiente, un profesor abandona su clase para ir a pasearse por la ciudad. Una conductora de metro deja el tren en el andén y sale a la calle. Un portero de discoteca deja su trabajo, y el primer ministro decide quedarse en la cama en vez de asistir a sus reuniones. Sin revendicaciones ni agresividad, toda Francia se detiene progresivamente y se pone a soñar con una vida más dulce, diferente, en la que todo no gire en torno al machaque del trabajo, la rentabilidad y la eficacia ; como una suerte de rebelión tranquila, elemental, de reapropiación del sentido de la vida. Una fábula en forma de ficción para decir basta ya, que describe una epidemia bastante curiosa que conduce a un nuevo reparto de roles.
Una persona deja de trabajar, y después otra. No ha habido acuerdo previo pero, progresivamente, como si de una epidemia se tratara, toda Francia empieza a desconectar. Se trata pura y simplemente del hartazgo de la gente que, sin resentimientos ni revendicaciones, rechaza un sistema que la ignora para tomarse un café, un descanso, el tiempo necesario para que la vida recobre un poco de sentido.