Dejó una obra abundante, de una incomparable diversidad. ¿Pero quién era de verdad ese “acróbata de o imaginario”?
Dibujante, pintor, novelista, guionista, actor, gozó de una reputación internacional, a menudo sulfurosa. ¿Pero quién puede jactarse de haberle conocido de veras? ¿Por qué se esforzó en ocultar su vida, destilando sus confidencias con infinita precaución? ¿Tenía secretos? ¿Heridas? Frantz Vaillant ha remontado el hilo de este destino fuera del común, entrevistando a la hermana de Topor, a su hijo, a los que fueron testigos de su vida, y accediendo a documentos inéditos. Esta biografía empieza con la llegada a Francia de Abram, el padre de Topor, un artista judío oriundo de Polonia. Cuando llega a la estación del Este en 1930, tiene una única ambición : convertirse en un escultor famoso. Pero su suerte será otra. La vida del joven Roland comienza ocho años más tarde, en las primicias de una guerra que pronto desangraría al mundo. Da comienzo una partida de escondite con la muerte: la familia Topor se salva de la redada del Velódromo de Invierno, de la milicia de Klaus Barbie, y se refugia en Saboya. Dotado de una extrema sensibilidad, Roland se da cuenta muy pronto de la ferocidad del mundo. Muchos Franceses son alemanes que hablan francés…  Con la Liberación, empiezan los años de colegio. Luego vienen los estudios de Bellas Artes, y los primeros éxitos. Trabajo, fiestas, amistades, amores, el feroz libertario obedece a una sola regla : el placer. Sternberg, Pauvert, Losfeld, Panique, Derrida, Hara-Kiri… Topor trabajará con todos, pero se negará siempre a que le encasillen en una sola imagen. Todos los excesos están permitidos. La gloria no enturbiará ni su buen humor ni su creatividad, pero tampoco apaciguará su angustia frente a la muerte, siempre presente y fuente constante de su obra.

Retrato de una época que nos parece ya lejana, y retrato de un artista cuyas obsesiones siguen siendo universales, Roland Topor o la risa estrangulada es la primera biografía dedicada a este artista. La primera biografía dedicada a Roland Topor, con motivo del décimo aniversario de su muerte.