En la primavera de 1917, Picasso se marcha a Roma para reunirse con los Ballets Rusos y trabajar en el decorado de 'Parade'. Su taller está a dos pasos de la Villa Médicis, y de otra casa que también alberga pintores. Entre ellos, un tal John William Godward, neoclásico inglés que solo se interesa por la belleza griega y representa obsesiva y casi exclusivamente el mismo tema: una bella chica joven pensativa, sobre un fondo de mármol o de mar. Horrorizado por una modernidad que siente inhumana y destructora, Godward acaba suicidándose frente a un lienzo blanco.

Con la Primera Guerra mundial y la Revolución rusa de fondo, esta novela se inscribe fielmente en un momento muy preciso de la Historia y de la historia del arte. No deja por ello de tratarse de una obra de ficción, que toma la forma del diario de John William Godward. Al enterarse de la presencia de Picasso en Roma, su enemigo le espía, sueña con detener su mano sacrílega y, quién sabe, convertirlo a lo que considera como la belleza eterna. La idea de un encuentro le fascina y le asusta. Pero ¿es posible este encuentro?

Roma, 1917. Historia de un duelo: la tradición, representada por el pintor inglés John William Godward, frente a la modernidad, simbolizada por Picasso.