Yo tocando el órgano en una cripta, yo enamorada de un perro (no me gustan los perros), yo teniendo problemas en un bar de moda en Tokyo, yo de escritora, yo de profesora, yo descubriendo que mi familia no era exactamente como pensaba... Aventuras y desventuras, alegrías y penas, todo puede convertirse hoy en selfie. Nos hacemos fotos de todo tipo y, corriendo, las compartimos con nuestros amigos, conocidos y desconocidos, en las redes sociales. Nuestra época tiene la mirada puesta en el espejo, y el yo ha desbancado por completo a cualquier otra cosa.

Sylvie Weil ya se estrenó como narradora con las dos grandes sagas familiares que fueron sus dos libros anteriores, Chez les Weil y Le Hareng et le Saxophone. Esta vez, ha decidido centrarse en esta nueva moda para probar un nuevo tipo de escritura: el selfie literario. Y lo hace a su manera, no necesariamente con glamour, sin temer al ridículo y sin olvidar burlarse de sí misma... Esta suma de textos compone una forma muy nueva de un género universal: el autoretrato.

El tercer libro de Sylvie Weil en Buchet/Chastel, cuyos dos libros anteriores se vendieron bien (alrededor de 7000 ejemplares de Chez les Weil). Humor, maldad, profundidad y emoción, los ingredientes que nunca faltan en un buen libro de Sylvie Weil! El selfie litterario, una nueva forma para una práctica inmemorial: el autoretrato.