Nabisouberne. Curioso nombre para una curiosa vida. Maltratada desde la infancia, la que llaman «besito» vive con una terrible carencia de cariño. Flacucha, paliducha, muda, es lo que suele llamarse una persona enclenque. Incomprendida por todos.
Desde la muerte de su padre, vive encerrada en un silencio de muerte, un silencio de miedo. Sin embargo, a su alrededor hay mucho jaleo, mucho griterío y alaridos. Vive con su abuela arruinada, su madre despreocupada y sus hermanos en un callejón sin salida del corazón de París: una corte de los Milagros, sin horizonte ni esperanza, lugar al que van a parar todos los seres desgraciados. Era eso o la asistencia social. Su vida cotidiana es la miseria. Para paliar su aislamiento, Nabisouberne desgrana en trozos de papel sus emociones, sus miedos y sus sueños como quien tira piedrecitas hacia sí mismo, hacia los demás… hacia estos chiquillos de la calle que no se oyen… hacia esas infancias pasadas bajo silencio.