Clarisse Villain toca el violoncelo. Se gana la vida tocando donde puede, donde la llaman… Muy de vez en cuando, consigue interpretar obras eternas en salas de provincia y en iglesias del extrarradio. Y eso que fue alumna del genial Viktor Sobolevitz, marcado para siempre por la muerte de su esposa. Y que fue amante ocasional de Remy Nevel, un crítico musical muy influyente.

Pero, a pesar de su talento, Clarisse no sabe venderse. Y sigue siendo la niña solitaria y aislada a la que la música salvó.

Hasta que un buen día le proponen interpretar una obra legendaria pero inédita: las Suites de Paul Crespen…

En esta novela iniciática, que se desarrolla en el mundo de la música clásica, Lola Gruber nos cuenta muchas historias llenas de flash-back, a la vez que reflexiona sobre nuestras ansias de pureza y reconocimiento. La leemos con avidez, seducidos tanto por su agudo análisis psicológico como por su diabólico suspense.