Un hiver avec Schubert
Olivier Bellamy
Mientras leía, con auténtico placer, Un verano con Montaigne de Antoine Compagnon, pensé a modo de broma: a condición de pasar el invierno con Schubert. Y esa idea fue abriéndose camino porque al igual que las vacaciones de verano resultan idóneas para leer– los tochos que solemos llevarnos a la playa por ejemplo – el frío del invierno llama a la música como una necesidad de dulzura y de elevación espiritual. Estos cuarenta textos fueron gestándose poco a durante las noches más largas del año; ¿Por qué Schubert? Porque es el primero de los románticos aunque sigue siendo un clásico. Porque es uno de los compositores más misteriosos. Porque su Viaje de invierno es a la vez profundo y cercano, desgarrador y reconfortante. Porque su música experimenta el dolor sin dejar de sonreír y mira a la muerte a los ojos a la vez que nos hace amar la vida.La época de las utopías beethovenianas no impidió las guerras y la locura totalitaria.Quizá ahora ha llegado el tiempo de Schubert. El tiempo de la lucidez, de la introspección, del cambio permanente, pero también el tiempo de la belleza infinita y de la amistad, para contemplar el mundo con tierna curiosidad, sin nunca soltarse de la mano;
Siguiendo el estilo de Un été avec Montaigne, Olivier Bellamy configura un emocionante retrato del más romántico de entre los músicos.