Nada más fallecer, con 83 años, en el más absoluto anonimato, las fotos de Vivian Maier, llenas de humanidad y consideración hacia los más desvalidos y los perdedores del sueño americano, fueron halladas por casualidad en unas cajas de cartón olvidadas en un guardamuebles de las afueras de Chicago. No llegó pues nunca a conocer la fama, ni la admiración mundial que suscitaría su trabajo artístico. Llevó una vida solitaria y pobre, lastrada por los secretos familiares y el sufrimiento. Con una personalidad compleja y a veces desconcertante, esta mujer libre y perdedora magnífica, cuyo destino se labró entre Francia y América, escogió vivir con los ojos bien abiertos.

Una mujer a contraluz (Une femme à contre-jour) es el retrato de esta mujer invisible, fotógrafa genial que no llegó a ver la mayoría de sus fotos y que, para poder pagar el alquiler, cuidaba niños. Une americana de origen francés, paseante incansable de las calles de Nueva York y Chicago, y nostálgica de su infancia feliz en los Altos Alpes de la Provenza francesa.

Diez años después de su muerte, Gaëlle Josse nos cuenta la historia de Vivian Maier, una de las figuras más misteriosas de la fotografía americana contemporánea. Escrita con mucha sensibilidad, Gaëlle Josse nos brinda la novela de un destino peculiar, discreto y sombrío, que basculó hacia una gloria póstuma e inversamente proporcional.