Una librera genera deudas. Económicas, claro, pero sobre todo sentimentales. Al morir la librera Yvonne, afloran los recuerdos de Abdel, un joven profesor de Roubaix, húsar de la República. Se rememora su infancia entre murallas de libros, con una sed de lectura que le hacía tragarse todo Balzac sin entender nada. No puede resignarse a que ese lugar vital desaparezca. De ahí a aceptar la sucesión, hay un largo trecho… que el inconsciente recorrerá a ciegas. Y ahí le tenemos, expuesto rápidamente a la problemas económicos de esa profesión. Pero también a los peligrosos archivos fotográficos de Yvonne. Al registrar las cajas, resurge ante él todo un periodo de la guerra de Argelia, entre partidarios del FLN, harkis y OAS.

¿Qué papel jugó en aquella época Saïd, asiduo de la librería con pinta de zoquete? ¿Qué esconde Rosa, que trabaja en el mismo instituto que Abdel? ¿Qué piensa Zerouane, director de la asociación Relier?

Las preguntas se multiplican, políticas, pero también amorosas... ¿A quién escogerá nuestro héroe? ¿A la falsa ingenua Zita, con sus besos melosos, o a su colega Rosa, exuberante y apasionada?

Una generosa novela sobre la profesión de librero.

Una reflexión sobre los estigmas de la guerra de Argelia y la solidaridad.