Nacido en Francia, Pippo Pugliese es nieto de inmigrantes italianos. Cuando su madre pierde la memoria, decide irse a Campania, al sur de Nápoles, en busca de sus raíces. Allí, en un Mezzogiorno aún muy pobre, cerca de Calabria y Sicilia, dos regiones de paso de los emigrantes, encuentra el rastro de su abuelo, nacido en 1917.

Su búsqueda le lleva a los años de plomo. Con ayuda de la bella Gina, descubre que su abuelo ayudó a dos opositores del régimen e Mussolini: Paolo Zancani y Umberto Zanotti-Bianco, que encontraron un santuario de Hera, tan legendario como la Atlántida, pero que constituye la prueba de que Italia fue colonizada por Grecia. Un descubrimiento que no gustó nada al Duce, adepto de la romanità, una ideología que preconiza la pureza histórica de Italia.

Poco a poco, Pippo reconstituye la hazaña, dándose cuenta de que el debate actual entre humanismo y xenofobia sigue siendo el mismo, tanto en Campania como en Francia. Y de que la tentación totalitarista está más presente que nunca en un contexto donde el pasado está siendo instrumentalizado.

Francés de origen italiano, Pippo viaja al sur de Italia, tras las huellas de su abuelo. Con ayuda de la bella Gina, en un Mezzogiorno igual de pobre que siempre, tierra de paso de los emigrantes de hoy, retrocederá en el tiempo y se verá confrontado a las mentiras de la propaganda mussoliniana.