Me hubiera gustado explicarle a mi marido lo que había pasado, pero hubiera tenido que explicarle los ruedines del carrito y eso era lo único en el mundo que ya no podía contarle a nadie.

Una mujer muy joven cuenta su historia. En un sano ejercicio de auto burla, intenta olvidar (sin conseguirlo) el traumático episodio que la sigue manteniendo anclada en la adolescencia. ¿Cómo vivir después de eso? Incluso el paquete recibido por correo de la empresa Newborn, adorable pepón recién nacido, talla 36, no conseguirá remediar el problema…
Construido alrededor y a causa de una herida que nuestra sociedad prefiere silenciar - la esterilidad - El carrito no recurre ni al patetismo ni a la compasión. ¡Todo lo contrario! La voz singular de la narradora le da a esta novela corta un tono ingenuo y cruel a la vez, tierno e incómodo.