Les Couleurs du sultan
Isabelle Hausser
¿Quién es exactamente Mansour, el sultán que reina en un país imaginario que el lector identificará fácilmente con la Siria actual? El que intenta responder a esta pregunta es un narrador anónimo, cercano del sultán. Militar de carrera, este narrador pertenece por su padre a los círculos que gravitan en torno a la familia reinante y conoce a Mansour desde la infancia. Tras la muerte accidental del hijo mayor de la dinastía, se le otorgó un papel importante en la formación del joven para los cargos que iba a tener que asumir.
La novela empieza siendo un relato de formación, y luego la crónica de los diez primeros años del reinado del joven sultán, hasta que llega la tormenta al reino. Tras pasar por otros países árabes, la revolución arrasa el Sultanato. La reacción del sultán es violenta. Su inaprensible personalidad va desvelándose poco a poco, el narrador al menos discierne ciertas claves: es un hombre sin escrúpulos en una guerra despiadada contra su propio pueblo, un hombre cuya acción solo está guiada por la obsesión dinástica y tribal heredada de su padre. Gracias a su diabólica habilidad, y aprovechándose de las circunstancias y de la ceguera de los Occidentales, consigue salir al paso de las peores situaciones.
Retrato de un déspota sangriento con aspecto de buen chico, la novela relata en paralelo la evolución del narrador, equiparable en muchos aspectos a la del pueblo del Sultanato. Cortesano de nacimiento, destinado por su familia a un papel y a unos cargos que no quería pero que su educación y la tradición le obligaron a asumir, rompió todo vínculo con el sultán, negándose a transigir con lo que consideraba la lealtad debida a su país.