Pour Malaparte
Bruno Tessarech
Llevaba máscaras, era fantasioso, así que sus allegados le cambiaron uno de sus títulos y le apodaron Señor Camaleón. Pero a los quince años, luchó con las tropas francesas contra Alemania. Y a los cuarenta, fue corresponsal de guerra en el frente ruso, y redactó Kaput, una de las novelas más deslumbrantes jamás escritas sobre los horrores nazis, hermana mayor en términos de barbarie de nuestras actuales Benevolentes.
Pasó del socialismo al fascismo antes de volverse uno de los más feroces opositores a Mussolini, que le relegó a Lipari, y convertirse más tarde al maoísmo. Pero escribió el libro más implacable jamás escrito contra las dictaduras, Técnica del golpe de Estado.
Luchó con los Americanos y participó en la liberación de Italia. Pero eso no le impidió denunciar en su novela La Piel esa buena conciencia estadounidense que consiste en forzar a los pueblos a ser felices.
En materia de megalomanía no le ganó nadie. A un libro de relatos le puso por título Una mujer como yo, y como le gustó la idea, la repitió cada dos por tres : ¡un libro como yo, un perro como yo, una casa como yo ! Esa casa, por cierto, la construyó en un lugar de ensueño, Capri. Allí rodó Godard El desprecio, reuniendo a Jack Palance, Fritz Lang, Michel Piccoli y Brigitte Bardot en un elenco barroco que el propio Malaparte jamás hubiera podido imaginar.
Está claro : Malaparte, fallecido hace solo medio siglo, sigue vivo ya que es el mejor protagonista de su propia obra. Una obra abundante, inquietante, crepuscular, divertida y desesperada. Qué mejor para homenajearle que hojear la gran novela que fue su vida.
Siguiendo la estela de Villa blanche, Bruno Tessarech ha ido tras sus huellas y, en este relato tan personal, ha intentado bosquejar el (los) retrato (s) del que escogió la mala parte (malaparte) – ¡ pues la bonaparte (la buena parte) ya estaba cogida !