La gran huída (La Grande Escapade) habla de la niñez, un territorio que Jean-Philippe Blondel había hasta ahora rechazado explorar en sus novelas.

Los años 70, en provincias, la escuela Denis-Diderot de ladrillos naranja, el parque y el descampado. Y sobre todo, los habitantes de un grupo escolar: una tropa de maestros que viven allí con su familia y que todavía creen ser los divulgadores del saber. Pero esa época también representa un punto de inflexión: las primeras alertas sobre el medio ambiente; un nuevo presidente del gobierno de derechas que promete cambiar la sociedad, pero nombra a Raymond Barre como primer ministro; las mujeres que alzan la cabeza; la imposición de colegios mixtos.

Tenemos los Coudrier, los Goubert, los Lorrain y los Ferrant; a Francine, Geneviève, Marie-Dominique y Janick. Y también los flechazos y traiciones. Grandes carcajadas y muchas emociones. Todos los personajes están perfectamente encarnados. Se entra de lleno en esta novela, tanto en el ambiente como en el decorado. Y página tras página, Jean-Philippe Blondel nos lleva a recorrer ese mundo de ayer.

La vida de los residentes de un grupo escolar de provincias en los años 70. Tragicomedia, evocación de una época: Blondel en estado puro.