Quitando su pasión por su esposa Betty, el principal objetivo en la vida de Don Dechine es escribir. Pero no es fácil escribir una novela rompedora cuando se es profe de instituto y cuando, tras pasarse las mañanas luchando con los alumnos, hay que enfrentarse a los vecinos cascarrabias, los problemas de la copropiedad, el acoso fiscal y las multas por estacionamiento prohibido. Que mejor entonces, para relajarse, que pasarse las tardes viendo la serie completa de Los Soprano. Salvo que eso tampoco le ayuda mucho a conseguir la soñada gloria literaria.

La única solución: dejarlo todo para irse a vivir al campo. Como lo explica Don Dechine, solo se puede crear una verdadera obra maestra viviendo en plena naturaleza. Con mucha confianza en sí mismos y un humor a toda prueba, Betty y él se lanzarán en busca de la casa ideal, intentarán quitarse de encima un apartamento imposible de vender y sobrevivir en un mundo desconocido y atroz: la despiadada jungla del mundo inmobiliario.

Un hombre fantasea con una vida de ensueño, pese a todo y contra todo, en una sociedad en crisis.