A partir de 1856, Alejandro Dumas hijo empezó a llamar mamá a George Sand. Y ella lo rebautizó su fieux (hijo en patois). Tal era la cercanía del autor de La dama de las camelias con la buena dama de Nohant. Todo comenzó en 1851, cuando el hijo de Alexandre Dumas le devolvió a la escritora sus cartas a Chopin, que ella quería destruir. Durante veinticinco años, se contaron sus vidas, intercambiaron opiniones sobre obras y reflexiones sobre la actualidad. Por ejemplo sobre la Comuna de París, saturnales de la plebe después de las del Imperio según George Sand. También comentaron juntos las cartas de Alejandro Dumas padre y de su esposa Ida.

Esta correspondencia entre Georges Sand y Alejandro Dumas hijo no es solo el testimonio de una época, sino la historia de una amistad excepcional entre dos personas que se llevaban 20 años.

La obra de George Sand sigue siendo objeto de análisis. Esta correspondencia inédita con su hijo espiritual, Alejandro Dumas hijo, es una nueva oportunidad para leer a la autora de Indiana. Y para descubrir los debates que incendiaron la Francia de los años 1851-1876, contados por dos de las más grandes figuras literarias de la época.